escultura de madera San Bernwardo
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San Bernwardo

Código producto:R3015
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Tratamiento
Diseño con pan de oro auténtico
Sobre la estatua de madera redonda aplicamos varias capas finas de tiza para conseguir un efecto craquelado, es decir, pequeñas grietas en la superficie.
El siguiente paso es el dorado con pan de oro auténtico y, posteriormente, la pintura con colores elaborados a partir de pigmentos valiosos.
Este alto virtuosismo artesanal de la técnica pictórica es el resultado de una tradición pictórica centenaria.
Medida

La medida se refiere a las figuras de pie de la correspondiente colección de belenes. Las figuras sentadas, arrodilladas, niños y animales son proporcionales a las figuras de pie. El ángel de gloria es siempre más pequeño que las figuras adultas.

cm
Pulgadas
cantidad
Cantidad mínima requerida 0
Cantidad máxima disponible: 0
Descripción

Fiesta: 20 de julio

Cuándo vivió: 960- 1022

BIOGRAFÍA

La familia de Bernwardo era sajona. Éste quedó huérfano cuando era todavía pequeño y su tío, el obispo de Utrecht, le tomó a su cargo y lo envió a la escuela catedralicia. Más tarde, en Mainz, recibió la ordenación sacerdotal. A la muerte de su tío fue nombrado capellán imperial y tutor del emperador Otón II, que era todavía niño. Seis años más tarde, San Bernwardo fue elegido obispo de Hildesheim. Construyó allí la gran iglesia y el monasterio de San Miguel y gobernó con prudencia y habilidad. Fue siempre muy aficionado al arte religioso y, gracias a que su diócesis era muy rica, pudo promover las artes y proteger a los mejores artistas. También era una artista muy habilidoso tanto en la pintura como en los trabajos en metal. Pese a mantener un conflicto con el arzobispo de Minz durante años, su conducta fue irreprochable. Finalmente el arzobispo de Mainz se sometió públicamente y pidió perdón por su falta de de prudencia y la obstinación que había mostrado. San Berwardo murió en 1022, después de tomar el hábito de San Benito.

Escultura en madera que representa a San Bernwardo vestido como obispo, con mitra en la cabeza y báculo. Destacan su prominente barba y el elegante crucifijo que cuelga en su cuello. Con una de sus manos sujeta un libro abierto sobre el que reposa un cáliz de oro. A sus pies un elegante cojín le sirve de reposapies.

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